Estaba acostumbrada a no tener a nadie cerca de mi y llegaste tu sin previo aviso, rompiendo cada capa de mi escudo que había creado durante mucho tiempo, no tardaste poco, pero lo lograste fuiste quitando todas y dejándome al descubierto, sabiendo que me hiere y que me alegra.
Pasa el tiempo y aquello se convirtió en estar juntos, dejándonos querer sin poner etiquetas, sin pensar en que pasará más adelante, pasando momentos que nunca había experimentado.
Ahora estoy sentada en la cama pensando en los momentos que ahora son recuerdos, intentando reconstruir el escudo que rompiste y volviendo a acostumbrarme a no tener a nadie cerca de mi. ¿Qué ha pasado con todo aquello?
Te quiero